Retratos hablados, una experiencia de huertas
Proyecto ganador convocatoria CRESPIAL, 2015
Un archivo de imágenes visuales y sonoras -que mediante el dispositivo artístico mesa/huerta-, instala en primerísimo lugar una relación simétrica 'cara a cara' entre vecinos de la vereda; incluyendo el contexto de la región del Alto Ricaurte, genera y reaviva un espacio de reciprocidad de la cultura.
Retratos hablados encuadra y expone la corporalidad de lo cotidiano revelando las potencias estéticas que sostienen la vida rural contemporánea. Una estrategia que mediante acciones de arte colaborativo visibiliza y salvaguarda el Patrimonio Cultural Inmaterial en un área rural de Tinjacá, Boyacá.
Captar gestos, acciones, ritmos, esperas, contenciones, repeticiones, posturas expresadas en el encuentro.
Disponer de una reserva narrativa sobre historias regionales, procedimientos cotidianos sobre alimentación, salud, recreación, vínculos familiares, celebraciones tradicionales, etc.
Implementar una estrategia de registro para constituir retratos sobre el espacio-tiempo-cuerpo y visibilizar la voz de la cultura.
Registrar mediante visitas y desplazamientos a otras huertas la cotidianidad familiar de la casa y las practicas asociadas.
Retratos hablados se construye sobre el proyecto Huertas mediante el intercambio y reciprocidad con base en la circulación de semillas nativas como capital cultural y plantea la salvaguardia de prácticas productivas tradicionales empoderando el secreto y saberes colectivos; observando el vínculo del cuerpo con la tierra aborda los espacios simbólicos mediante el rescate de sus narrativas, fortaleciendo los lazos sociales y valorando las reelaboraciones del imaginario comunitario. La acción de la fotografía interviene como un dispositivo que capta la sensibilidad, revelando las potencias estéticas que sostienen la vida rural contemporánea.
Grupo de trabajo
Trixi Allina: Artista y Antropóloga, artista independiente con una larga trayectoria académica en la Universidad Nacional de Colombia. Experiencia en arte colaborativo y desde el ejercicio sobre lo fotográfico, coordinadora del proyecto Retratos hablados cuya plataforma es la estética relacional.
Alejandro Jaramillo: Artista audiovisual y de performance. Tiene también experiencia en televisión pública dirigida a la infancia y la juventud. Su trabajo se centra en la relación entre las historias de vida particulares con los relatos e imágenes dominantes de los medios de comunicación.
Laura Rodríguez: La persona que aquí escribe tiene como única presunción el hecho de llamarse Laura Rodríguez Leiva, nombre común que se complementa con su origen bogotano. Estudió Artes Plásticas en la Universidad Nacional de Colombia y al graduarse continuó sus estudios en la línea de Narrativa de la Maestría de Escrituras Creativas. Ha participado en proyectos colectivos de creación audiovisual, editorial, escrita y en grupos de investigación-creación referidos a temas medio ambientales, eco sostenibles y de participación comunitaria.
David Díaz: Maestro en música de la Pontificia Universidad Javeriana y artista sonoro con un interés en el sonido como materia plástica.
Juanita Fajardo: Artista plástica egresada de la Universidad Nacional de Colombia con experiencia en organización documental, fotografía y edición de imagen fotográfica.
Adriano Rodríguez: Agricultor, artesano y poblador de la vereda Peñas, colaborador de Huerta desde su inicio y miembro del proyecto Retratos Hablados.
Actividades del proyecto
Primera actividad
SOCIALIZACIÓN DEL PROYECTO
14 de diciembre de 2015
La llegada a la región fue en la madrugada, hicimos una visita a la plaza de mercado de Ráquira, donde nos aprovisionamos de lo necesario para la estadía. Allí mismo, dimos por iniciado el proceso de Retratos Hablados al contarle a Adriano, nuestro compañero de la región, lo que venía para el año 2016. Él se mostró muy animado de apoyar al grupo de trabajo y propuso varias estrategias para que los encuentros se desarrollaran con mucho éxito, por ejemplo, la repartición de invitaciones impresas, en las que se contara el tema propuesto, se dieran instrucciones sobre el lugar y la hora, y se recordara el fundamento de la actividad: el intercambio y la circulación de semillas. Las propuestas fueron bien recibidas por el grupo, pues permitieron definir los roles de cada uno: con Adriano se contará para repartir las invitaciones y todo aquello que implique el desplazamiento en carro en la región, así como la guía a nuevos lugares de la vereda donde haya vecinos con huertas o interesados en los encuentros en La Mesa. Por su parte, Alejandro estará a cargo de la captura y edición del material audiovisual y la construcción y desarrollo del archivo del proyecto, mientras que David será el encargado de la búsqueda, la captura y la edición del material sonoro. A su vez, Juanita colaborará en la producción fotográfica, así como del trabajo escrito. Por otro lado, Laura será la productora y la tesorera del grupo, además, producirá material escrito sobre el proyecto. Finalmente, Trixi liderará al grupo y se enfocará en la producción de la imagen fotográfica, así mismo, será quien dirija los encuentros y su desarrollo.
Previo al encuentro en La Mesa de la huerta se imprimió un material textual que trataba el tema de la alelopatía, el cual consideramos muy pertinente para que acompañara la presentación del proyecto Retratos Hablados. El encuentro empezó puntual. Varios vecinos llegaron a tiempo y empezaron a apurar a los que venían un poco retrasados. El sol se impuso y, unos minutos después, ya con más vecinos (diez u once), tuvimos que movernos a la sombra, así que improvisamos una mesa y empezamos a repartir el material impreso. Llegaron más vecinos que se sumaron al interés del tema y a la conversación. Como es usual en estos encuentros, en la conversación hubo cuentos, bromas y dichos, que se sumaron al ánimo generalizado por los asuntos de la huerta, así como por el intercambio de semillas. Caída la tarde, cuando pudimos volver a La Mesa, revisamos el material digital que se había producido en los encuentros pasados, material con el que se construye el archivo web. Al final del encuentro, el grupo se refirió a lo que vendría en el 2016 y se hizo una pequeña presentación de los integrantes, centrada en los intereses con los que cada uno afrontaría los encuentros futuros. Este primer encuentro se realizó entre las 2:30 y las 5:30 de la tarde. Además, contó con la presencia de 19 adultos y 5 niños.
Revisar lo anterior y proyectar lo futuro sirve al grupo de trabajo de Retratos Hablados para enriquecer la experiencia de cada encuentro a la vez que se encuentran alternativas para afianzar la relación con el otro. Este último, además de participar de la temática del encuentro en La Mesa, es poseedor de un conocimiento tradicional, una voz y un gesto que también se comparte, junto con la semillas. Esto es lo que se espera que Retratos Hablados refleje, luego de la observación aguda que el grupo de trabajo pueda realizar durante el desarrollo de las mesas.
Al volver del primer encuentro, el grupo se reunió para revisar el material capturado y hacer una retroalimentación de esta primera reunión en La Mesa. Allí se evaluaron las actividades y se propició un diálogo respecto a la forma de archivar el material que se acumularía, con el fin de facilitar el manejo del mismo durante el desarrollo del proceso. Así, se decidió que cada uno haría una revisión inicial del material conseguido, lo que decantaría el conjunto y lo haría más manejable. A su vez, ese subconjunto obtenido sería subido a la red, en una carpeta compartida con el grupo, para que cada integrante pudiera visualizarlo y tenerlo como referencia para sus elaboraciones particulares.
Otro asunto que se trató fue la importancia simbólica de trasladar el encuentro, es decir, trasladar La Mesa a otros lugares de la vereda, bien fuera en las casas o en el salón comunal. El objetivo de este traslado era que los participantes hicieran un recorrido distinto al habitual y, así, se cambiara el panorama de los encuentros. En otras palabras, que se estimulara una dinámica social distinta en el territorio. Además, era importante que el encuentro no solo fuera una reunión en la que se dialogara y se presentara una temática, por el contrario, creíamos que, al propiciar una actividad, se incentivaría a los asistentes y el encuentro se haría dinámico: La Mesa en movimiento.
Segunda actividad
MESA EN CASA DE ADRIANO RODRÍGUEZ
13 de febrero de 2016
El segundo viaje empezó en la plaza de Sutamarchán. En esta plaza, compramos provisiones y fuimos reuniendo al grupo. Más tarde, anduvimos por carreteras veredales hasta llegar a La Mesa, en donde alistamos lo necesario y caminamos a la casa en la que se desarrollaría el encuentro. A pesar de lafalta de lluvia durante la semana, se inició la siembra colectiva de plántulas y semillas. A medida que llegaban, los vecinos se sumaban al trabajo en la tierra al sembrar las semillas que traían. Así, alguien deshierbaba con el azadón, mientras otra persona traía baldes de agua; alguno abría los huecos y otro regaba las semillas o quitaba el plástico de las bolsas que recubre las raíces de las plántulas. Del mismo modo, un grupo conversaba sobre semillas nativas mientras otro revisaba el material impreso sobre la alelopatía (entregado en La Mesa anterior) para cerciorarse de aprobar o rechazar la cercanía de las semillas sembradas.
Más tarde, nos sentamos en La Mesa a conversar sobre alelopatía, con el fin de darle continuidad al tema de La Mesa anterior. En esta conversación, se hizo énfasis en laimportancia de hacer la huerta teniendo en cuenta el beneficio de ciertas plantas sobre el crecimiento de otras, es decir, el desarrollo conjunto y la disminución de los bichos. Ahora bien, que la actividad no fuera estática permitió un compartir activo. Dicho de otro modo, cuando el encuentro se desarrolla solo alrededor de la mesa, el contacto con los demás es restringido y se limita al diálogo con quien esté a lado y lado. Por el contrario, cuando los participantes se levantan y la actividad implica el cuerpo en movimiento, las relaciones entre ellos cambian y la actitud de los participantes es más activa en tanto que esta propuesta de La Mesa se inscribe dentro de sus prácticas cotidianas. Es decir, este proceder en movimiento tiene relación con el trabajo en la huerta y, en general, las actividades del campo, que no son pasivas, sino que ponen en práctica conceptos y teorías sobre la sustentabilidad y la producción, así como la armonía con el entorno y conocimiento del territorio. Por tanto, de manera similar al intercambio de semillas, “La Mesa en movimiento” genera una comprensión de la reciprocidad de los encuentros en la comunidad, pues posibilita la circulación de los saberes para que el intercambio genere lazos que perduren en el tiempo. Al final de La Mesa, se discutió sobre el uso y el abuso del agua, así como sobre la importancia de cuidar las fuentes de agua para permitir el desarrollo de las huertas.
El encuentro finalizó con un postre que ofrecieron los dueños de casa y contó con la presencia de 21 adultos y 3 niños. En la noche, cayó un aguacero.
El grupo quedó muy satisfecho con la dinámica del segundo encuentro en La Mesa. En la reunión de evaluación se comentó que, aunque el tema y los materiales impresos habían interesado a varios vecinos, fue la siembra colectiva lo que los motivó a colaborar y a hacer parte de la actividad. Por ende, el grupo convino en que los encuentros futuros debían incluir actividades similares, es decir, ejercicios que exigieran un comportamiento activo por parte de los participantes.
Por otro lado, se reflexionó sobre los roles de los vecinos en la actividad: durante este segundo encuentro se observó que el trabajo en la huerta se repartió, de forma definida, entre hombres y mujeres. En otras palabras, el grupo pudo observar que los hombres y las mujeres trabajaban juntos y en la misma proporción, pero realizaban actividades específicas. Por ejemplo, las mujeres deshierbaban y traían el agua, mientras que los hombres trabajaban la tierra con azadones a la vez que discutían sobre la importancia de recuperar la siembra de algunas semillas en la huerta, como la cebada y determinados tipos de maíz. En la actualidad, estos productos no se encuentran en los mercados de los cascos urbanos, aunque son propios de la región del Alto Ricaurte. A partir de la reflexión anterior, el grupo determinó que es importante tener en cuenta la división de las labores en las actividades de las próximas mesas, sea en beneficio del encuentro o como una temática posible de estudio.
Tercera actividad
LA HUERTA Y LA COCINA
15 de abril de 2016
La quinoa: una experiencia de mediación entre reciprocidad y circulación de la huerta con la comunidad.
Cada encuentro en la mesa se reconoce como un evento colectivo “único” donde tiene lugar el dar y recibir que permite aprender y enseñar y, mediante la estrategia del intercambio, poner en circulación las semillas que han de nutrir, reactivar y crecer las huertas domésticas.
Esta modalidad de encuentros nos ha permitido observar en el transcurso del tiempo -entre una mesa y la otra- que la quinoa ha sido para esta comunidad una semilla de difícil introducción y de aceptación “reservada”. ¿Los motivos? -la difusión agrícola ha restringido el cultivo de granos tradicionales dado el uso y comercialización del grano agroindustrial; -se muestra evidente la interrupción de tradiciones agrícolas y culinarias por mercados y costumbres emergentes del consumo; -la predominancia del monocultivo como fuente de ingresos y transacciones económicas; -la incidencia del mercado que transforma y adapta sus ofertas a productos industriales comestibles empacados y procesados, entre otros.
¿Cómo vincular, re-circular y re-vincular los logros de la agricultura tradicional entre comunidades rurales contemporáneas? ¿cómo re-introducir a las maneras de ser presente, un cultivo ancestral poco difundido en los mercados locales actuales? En tanto algunos habían oído nombrar a la quinoa por los abuelos o por personas de otras comunidades, hoy, que es sembrada por algunas comunidades campesinas de Boyacá, se distribuye directamente a los mercados urbanos; no es fácil encontrarla a granel en los mercados rurales aunque se destaque como ingrediente en una barra de cereal o se consiga en algunos puestos de carretera que venden arepas “tradicionales hechas a base de quinoa”. Siendo así, decidimos convocar a una experiencia que integrara su textura, forma, sabor, olor; que permitiera establecer una familiaridad con los distintos estados de este grano. Es un cereal que plantea una pregunta a los arqueólogos: ¿por ser ancestral de las comunidades andinas (sur occidente colombiano, Ecuador, Perú, Bolivia) también circuló y se intercambió y se consumió en las comunidades prehispánicas del altiplano cundiboyacense?
Sembramos una semilla de quinoa artesanal –no agroindustrial- en La huerta desde octubre 2014 con el fin de hacer un seguimiento a la adaptación, crecimiento y productividad de la planta, atendiendo al clima, al suelo y al entorno. El resultado ha sido positivo. La planta dura entre 4 y 5 meses en producir el grano y crece generosamente; muchos son los pájaros que la van descubriendo y gustan de ella, mientras que no se observa que llame plagas u hongos que la ataquen y la dañen.
En anteriores sesiones de la mesa ofrecimos la semilla de quinoa de intercambio; la llevaron con gran curiosidad, pero al preguntar por la siembra, entendimos que no había sido tenida en cuenta mientras que sí sembraban el frijol, el maíz, la linaza, el perejil y las aromáticas entre otras. Es claro que hay “resistencia” a introducir una semilla de la cual se ha oído hablar pero, no se “sabe” de ella en la práctica. De aquí que la decisión fue dedicar una “mesa de encuentro” del proyecto Retratos hablados a compartir una experiencia con y sobre la quinoa.
La cita fue en el Salón Comunal de la vereda. Llevamos desde las espigas secas listas para desgranar sus frutos/semillas, hasta el grano listo para trillar y otra tanda de quinoa ya remojada para moler; así se mostraron tres momentos del grano: en rama seco, trillado y remojado.
Apostamos por activar y transferir el saber cotidiano de hacer arepas a explorar otra cocción: la de las arepas de quinoa. Pusimos sobre la mesa mantequilla, queso, sal, panela y los implementos de cocina necesarios para moler, mezclar, amasar y, finalmente, poniendo un “tiesto” para asar, prendimos el fuego.
La reunión se inició en el salón comunal con la proyección de un video que, a manera de introducción hizo Eduardo Villareal (uno de los vecinos y asistentes a las mesas) sobre la planta de quinoa documentando una plantación y sus procesos agroindustriales. En seguida, procedimos a desgranar las espigas y activar la experiencia mediante la sensación de tener el grano en la mano. Mujeres y hombres, jóvenes y adultos, todos participaron de cada momento de la acción: desgranar, lavar, moler, cernir, amasar, adobar, probar y formar cada arepa hasta asarla; por supuesto también compartirla y comerla.
De aquí en adelante los comentarios sobre la planta de la quinoa en la huerta casera se han hecho oír: -“yo la sembré y esta pequeñiiiita”; - “jmmm a la mía se la comieron las guacharacas” o, los pollos…, -“la mía ya está casi madura”, ... poco a poco se dejan ver unas cuantas plantas de quinoa en cada huerta. Aun queda por experimentar mejor la cosecha, la trilla, la limpieza…. hasta que llegue a la cocina y a participar de la preparación de una sopa o de una arepa.
Estas acciones nos confirman que el intercambio, la reciprocidad y la circulación son un proceso que requiere de una temporalidad y que al estar asociada al saber y al cuerpo, a la cocina, la huerta y la comunidad, es posible ponerlas en acción más allá del momento en el que se dan los encuentros en torno a la mesa. Que la semilla fructifique el acto de dar y recibir y que esta sea la condición de la reciprocidad fortalece y mantiene las huertas caseras.
Cuarta actividad
LAS ABEJAS EN LA HUERTA
23 de julio de 2016
Esta actividad tuvo de invitada a Lorena Téllez, una experta en polinizadores de la Universidad Nacional que trajo semillas de plantas que atraen abejas a la huerta. Antes de la llegada de los vecinos, Lorena y el grupo de trabajo visitaron las abejas ubicadas en la parte superior de la huerta. Allí se revisó el estado de los panales, la caja y los alrededores; se encontró que había hormigas tratando de entrar a la caja. Lorena realizó los cambios de panales necesarios para la salud de las abejas y su buen desempeño en la producción de miel; además, limpió la caja de hormigas y revisó el estado de la reina. De esta actividad se hizo un registro audiovisual, sonoro y fotográfico.
A la actividad de la mesa con los vecinos asistieron ademas de las personas ya vinculadas con regularidad a los eventos, otras que interesadas por el tema especifico de las abejas no habían estado en encuentro anteriores Lorena hizo un resumen de las características de las abejas, su hábitat, la importancia de tenerlas cerca de la huerta, la forma de atraerlas y cuidarlas. Los vecinos participaron con preguntas y comentarios a Lorena cuestionando la información con “otras ideas” que tenían sobre estos seres y compartiendo lo que sabían su comportamiento. Se sorprendieron con la gran cantidad de especies de abejas, con el promedio de flores a las que le sacan el polen, con su capacidad de trabajo y su lealtad al panal que habitan. El tema se cerró, como de costumbre, con el intercambio de semillas. Las semillas que circularon fueron aquellas que producen flores que atraen a las abejas: lavanda, girasol, borraja, siempreviva, margarita, melisa, lirio, crisantemo, caléndula, campañilla, lantana, uva, entre otros.
Quinta actividad
MESA PATRIMONIO CULTURAL
El salón comunal fue el lugar de encuentro en el que la comunidad participó de La Mesa 5, como culminación de una etapa del proyecto, en la que se trató el tema del Patrimonio Cultural recapitulando los temas y acciones que durante el año se desarrollaron. Nombrando cada tema desarrollado se establecieron conexiones entre la huerta y la cocina y la terapéutica, entre el paisaje, su imagen captada en las fotografías y la construcción de un territorio; entre el encuentro, la regularidad con la que asistieron un buen grupo de ellos y el fortalecimiento de vínculos comunitarios, es decir, que son estas las practicas que refieren al patrimonio vivo de una cultura campesina. En esta reunión y como complemento de la exposición, los participantes encontraron una mesa llena de postales -evocación de la figura del proyecto: una imagen de si- con setenta imágenes, trabajadascapturadas, escogidas y editadas durante el proceso de Retratos Hablados, que podían escoger para conservar como testimonio de su participación.
EXPOSICIÓN RETRATOS HABLADOS_ SALÓN COMUNAL VEREDA PEÑAS BAJO
22 de octubre de 2016