Casa vacía

proyecto discutido en el Museo de Arquitectura, UNC, febrero 2014

Casa vacía es una propuesta que experimenta con la escritura escritura con toda la carga semántica, visual y experiencial que implica crear actuando en un laboratorio dotado de herramientas de impresión, de palabras, de imágenes, de recuerdos y memoria.

Es una apropiación del libro como objeto; una estructura narrativa hecha de palabras y de imágenes. Mi decisión y probablemente el reto más difícil fue subvertir sus reglas y hurgar en la prohibición, pues tengo aprendido que en los libros no se escribe, que los libros no se copian, que los libros no se perforan, que los libros no se borran; no se fotocopian pues protegen los derechos de autor y la marca editorial. Son asuntos que de ninguna manera relativizan el factor ético y de respeto por el autor, pero resultan incitadores; estos asuntos -asociados a la poética de una casa abandonada-, me motivaron a desarrollar acciones de intervención en el libro que en el arte se refieren a los modos de apropiación y resignificación del objeto.

Borrar, tachar y sobreescribir el libro, significó fotocopiar y sobreponer palabras e imágenes al texto impreso. Considero ésta una manera para dar luz a otra “forma de narrar”, que al nacer del vestigio, de la ruina y del resto sintáctico estimula la emergencia de significados adyacentes, latentes. Un modo que aún con disrupciones desentraña restos de un pasado incierto y que asociado al paisaje presente, recobra la potencia que vive el pasado en el presente.

Entiendo el paisaje como la relación vívida entre el espacio geográfico, el transcurso del tiempo y los seres que lo habitan, y donde la subjetividad es un componente presente de la imagen. Encontré empatía entre la imagen del paisaje y el llamado de una casa, de manera que paisaje e imagen se hicieron solidarios en un horizonte del tiempo; un lugar donde la cultura encausa su contenido a las vivencias y al entrecuzamiento entre textos.

Este experimento de inventar una historia a partir de una verdad de un texto y de otras verdades de la imagen reveladas por el hecho fotográfico, se convirtió en el dispositivo que conjugó no solamente los recuerdos con la creación sino que avivó el filo de los hechos y acontecimientos del país y me llevaron a asociar el conocimiento y la experiencia con la materia del libro y la casa.