Prácticas del arte que operan en la relación social: rastreando interseccionesque visibilizan afectos.
La calle.
Definida no solo como lugar para la movilización sino del encuentro y del intercambio, la calle se ha convertido en un espacio en el que el miedo desactiva los acercamientos y fractura nuestros vínculos colectivos. La vida cotidiana de la calle en Bogotá se muestra -entre otras- en las innumerables casetas de vigilancia que inventan espacios híbridos entre lo privado y lo publico; su fin –dicen- es el de proteger a los individuos de la inseguridad.
Trixi Allina